Este artículo estaba en prensa, en El Nuevo Herald, y fue sacado de máquina por el brutal atentado del 11-S, del cual la Dra. Cary Torres V tuvo una visión en 1998, Año del Espíritu Santo, mientras rezaba el rosario verde con que suele rezar a la Misericordia Divina. Estando, en trance o estado de Gracia, parada entre 2 palmas reales vió la explosión de un avión en lo alto de una de ellas y, unos minutos más tarde, de la otra (aparece narrado en la Trilogía Las Caras de mi Locura. Memorias de mi Generación de carácter testimonial, que sigue inédita, escrita en 2001-2002). Visión que no relacionó, en absoluto, con los EEUU, sino con Cuba y sus gobernantes.
La propia Dra. Cary Torres o Andrea Tutor no es devota de la Virgen en la Advocación de la Caridad, sino de la dulcísima y amantísima Virgen María de la Merced
"Y si vas al Cobre quiero,
que me traigas una
virgencita de la Caridad"
El Cobre, pueblo pobre y rico de las estribaciones de la Sierra Maestra y cercano a la ciudad de Santiago de Cuba, pueblo de casas y habitantes humildes, guarda la mayor riqueza espiritual para la nación cubana, el Santuario de Nuestra Señora de la Caridad del Cobre, Patrona y Reina de Cuba. Allí se cuida y venera a la Virgen ante la imagen original.
Imagen encontrada flotando sobre las aguas de la Bahía de Nipe, al norte de la provincia de Oriente, por dos hombres y un niño negro. No hay exactitud al señalar el momento del hallazgo de la Imagen, pero sí se puede ubicar en el período comprendido entre 1604 y 1612. En Barajagua se le construyó la primera ermita y tras reiteradas desapariciones fue trasladada al Templo Parroquial de El Cobre. Es a partir de entonces que comienza a llamársele Virgen de la Caridad del Cobre.
En Cuba, no sólo los católicos manifiestan un especial cariño y devoción a Nuestra Señora la Santísima Virgen María en su advocación como Caridad del Cobre, sino también los creyentes de otras confesiones religiosas. Incluso, personas que se dicen ateas sienten respeto e inclinación hacia la Virgen. En particular, los practicantes de ritos religiosos de origen africano, por razones de sincretismo cultural y religioso, han identificado a la Santísima Virgen con una deidad africana denominada Ochún, cuyos atributos son el agua, la sexualidad y la fecundidad, el oro y el amor; la que se caracteriza por su docilidad y laboriosidad.
El 10 de mayo de 1916 es declarada, por un edicto de Su Santidad Benedicto XV, Patrona Principal de la República de Cuba y el 8 de septiembre, día de su festividad. El 8 de septiembre del año 1927 se inauguró el actual Santuario del Cobre. El Arzobispo de Santiago de Cuba, Su Excelencia Monseñor Valentín Zubizarreta, corona, por delegación, la imagen de la Virgen en calidad de Madre y Patrona de Cuba; motivo por el cual baja a la ciudad la Imagen por primera vez en 1936.
La Virgen, como símbolo de la nación cubana, también parte al exilio, esta vez, en la figura de la imagen perteneciente a la Parroquia de Guanabo de la Arquidiócesis de La Habana, para acompañar a sus hijos. La nación se divide, ubicándose a ambos lados del Estrecho de la Florida, en lo fundamental. La imagen de la Virgen de la Caridad en el Exilio recorrió los campamentos para niños exiliados. Los cubanos fundaron la Cofradía de la Virgen de la Caridad y allí, en Miami, le construyeron la Ermita de la Virgen de la Caridad en el Exilio.
En 1977 al Santuario del Cobre se le confiere el título de Basílica Menor. Diez años más tarde, en septiembre de 1987, con motivo de la visita del Santo Padre Juan Pablo II a la ciudad de Miami la imagen de la Virgen Caridad en el Exilio fue trasladada para presidir la capilla privada de Su Santidad.
Un acontecimiento sin precedentes en la historia de Cuba hace bajar la imagen de la Virgen de su Santuario de El Cobre, por segunda vez, a la ciudad de Santiago de Cuba. En esta ocasión se trataba de la visita del Santo Padre Juan Pablo II, que en Santa Misa el 24 de enero de 1998, Año del Espíritu Santo, personalmente coronaba a la Virgen y al Niño. Su Santidad proclamó a la Virgen de la Caridad del Cobre, Reina y Patrona de la República de Cuba.
Más que los detalles históricos la importancia de la aparición o hallazgo de la Virgen con la inscripción “Yo soy la Virgen de la Caridad” está en su significado. En religión hay tres cuestiones fundamentales: la Fe, la Esperanza y la Caridad. No obstante, la más importante es la caridad; en ella se reúne lo esencial de las otras dos. La caridad es la máxima expresión de amor. Sin amor no hay fe ni esperanza. La caridad mueve al ser humano hacia las acciones más hermosas. Y cómo diría Santa Teresita del Niño Jesús: “Sin amor hasta las cosas más extraordinarias no valen nada”.
El Señor nos entregó a la Virgen, a su esposa y madre, con su mayor adorno, el don más grande, el de la Caridad.
Imagen encontrada flotando sobre las aguas de la Bahía de Nipe, al norte de la provincia de Oriente, por dos hombres y un niño negro. No hay exactitud al señalar el momento del hallazgo de la Imagen, pero sí se puede ubicar en el período comprendido entre 1604 y 1612. En Barajagua se le construyó la primera ermita y tras reiteradas desapariciones fue trasladada al Templo Parroquial de El Cobre. Es a partir de entonces que comienza a llamársele Virgen de la Caridad del Cobre.
En Cuba, no sólo los católicos manifiestan un especial cariño y devoción a Nuestra Señora la Santísima Virgen María en su advocación como Caridad del Cobre, sino también los creyentes de otras confesiones religiosas. Incluso, personas que se dicen ateas sienten respeto e inclinación hacia la Virgen. En particular, los practicantes de ritos religiosos de origen africano, por razones de sincretismo cultural y religioso, han identificado a la Santísima Virgen con una deidad africana denominada Ochún, cuyos atributos son el agua, la sexualidad y la fecundidad, el oro y el amor; la que se caracteriza por su docilidad y laboriosidad.
El 10 de mayo de 1916 es declarada, por un edicto de Su Santidad Benedicto XV, Patrona Principal de la República de Cuba y el 8 de septiembre, día de su festividad. El 8 de septiembre del año 1927 se inauguró el actual Santuario del Cobre. El Arzobispo de Santiago de Cuba, Su Excelencia Monseñor Valentín Zubizarreta, corona, por delegación, la imagen de la Virgen en calidad de Madre y Patrona de Cuba; motivo por el cual baja a la ciudad la Imagen por primera vez en 1936.
La Virgen, como símbolo de la nación cubana, también parte al exilio, esta vez, en la figura de la imagen perteneciente a la Parroquia de Guanabo de la Arquidiócesis de La Habana, para acompañar a sus hijos. La nación se divide, ubicándose a ambos lados del Estrecho de la Florida, en lo fundamental. La imagen de la Virgen de la Caridad en el Exilio recorrió los campamentos para niños exiliados. Los cubanos fundaron la Cofradía de la Virgen de la Caridad y allí, en Miami, le construyeron la Ermita de la Virgen de la Caridad en el Exilio.
En 1977 al Santuario del Cobre se le confiere el título de Basílica Menor. Diez años más tarde, en septiembre de 1987, con motivo de la visita del Santo Padre Juan Pablo II a la ciudad de Miami la imagen de la Virgen Caridad en el Exilio fue trasladada para presidir la capilla privada de Su Santidad.
Un acontecimiento sin precedentes en la historia de Cuba hace bajar la imagen de la Virgen de su Santuario de El Cobre, por segunda vez, a la ciudad de Santiago de Cuba. En esta ocasión se trataba de la visita del Santo Padre Juan Pablo II, que en Santa Misa el 24 de enero de 1998, Año del Espíritu Santo, personalmente coronaba a la Virgen y al Niño. Su Santidad proclamó a la Virgen de la Caridad del Cobre, Reina y Patrona de la República de Cuba.
Más que los detalles históricos la importancia de la aparición o hallazgo de la Virgen con la inscripción “Yo soy la Virgen de la Caridad” está en su significado. En religión hay tres cuestiones fundamentales: la Fe, la Esperanza y la Caridad. No obstante, la más importante es la caridad; en ella se reúne lo esencial de las otras dos. La caridad es la máxima expresión de amor. Sin amor no hay fe ni esperanza. La caridad mueve al ser humano hacia las acciones más hermosas. Y cómo diría Santa Teresita del Niño Jesús: “Sin amor hasta las cosas más extraordinarias no valen nada”.
El Señor nos entregó a la Virgen, a su esposa y madre, con su mayor adorno, el don más grande, el de la Caridad.
“A los pies de la Virgen
traigo mis penas,
mis dolores y angustias,
mi vida entera.
¡Ruega por nosotros
Santa Madre de Dios!”
La caridad también es perdón y reconciliación desde el amor. Nuestra Señora María de la Caridad desde su Santuario del Cobre mira a su pueblo disperso por todos los confines de la Tierra, a su pueblo enfrentado; también ve con angustia el dolor de su pueblo mancillado y cautivo. Un pueblo que con toda propiedad debe ser alegría, alegría por el regalo recibido del Señor, honestidad y pureza; y, por el contrario, lo han convertido en un conjunto de individuos de doble cara, llenos de rencor y una meta fija: huir.
“¡Virgen de la Caridad,
ruega por nosotros!”
El camino de la Virgen de la Caridad del Cobre para reunir y reconciliar a sus hijos, para reconstruir la patria, es la caridad, es decir, el amor. Y “el amor es paciente y bondadoso, no tiene envidia, ni orgullo, ni jactancia. No es grosero, ni egoísta; no se irrita ni toma cuentas del mal; no se alegra de la injusticia, sino que encuentra alegría en la verdad. Todo lo excusa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. El amor no acaba nunca” (1 Corintios 13, 4-8)
¡Ave María!
Dra. Cary Torres Vila, Escritora y Economista, ex –Profesora de la Universidad de La Habana. Santander, Agosto de 2001
No comments:
Post a Comment